Queridos
carnavaleros/as:
Si
vivimos un momento de satisfacción, alegría, o logros, nos gusta
transmitir esa sensación a nuestros seres más queridos, aunque lo
mismo nos ocurre cuando vivimos un momento de preocupación,
indignación, o simplemente algún tropiezo que la vida nos ponga en
nuestro camino. Igualmente, si estas situaciones las vive alguien cercano a
nosotros intentamos ayudarlo, “ponernos en su pellejo”...
Pues
bien...esto ocurre con el carnaval. Refleja
satisfacción, alegría o logros a su ser más querido...a todos sus
seguidores (repartidos por todo el mundo), pero especialmente a
Cádiz, su “Tacita
de Plata” como la suelen alabar sus autores,
pero también se preocupan por su sufrimiento, o manifiestan la lucha
y la indignación de un pueblo.
A
través de esta manifestación cultural se exponen derechos,
como el de la libre expresión, pero también se
persiguen sueños. Y es que...¿qué sería de un ser que viva sin
perseguir un sueño o una ilusión?